Una Conferencia de María Luisa Maillard en Bilbao
Con este
atractivo título, la Dra. Maria Luisa Maillard, filóloga, experta nacional
en Maria Zambrano; Presidenta de
A.M.M.U. ( Asociación Matritense de
Mujeres Universitarias ) y
Presidenta de F.E.M.U. Asociación Española
de Mujeres Universitarias, desarrollo una interesante conferencia, dentro del
Ciclo “Ellas hacen ciencia “.
Este ciclo lo
promueve el Ayuntamiento de Bilbao, en colaboración con la Facultad de Ciencias
y Tecnología de la Universidad del País Vasco y tiene lugar este mes de
Noviembre en la Biblioteca de Bidebarrieta. (Ver reseña en este blog)
Por el evidente
interés de esta conferencia publicamos un resumen de la misma, remitido
por la propia autora.
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Si
tuviésemos que escoger alguna frase capaz de definir la figura de Rita Levi, yo
escogería su aseveración de que "el mayor grado de la evolución darwiniana
es la capacidad de distinguir el bien del mal". Esta frase ya nos orienta
acerca de los intereses de esta mujer científica, una de las pioneras en su
terreno, premio Nóbel en 1986 por su descubrimiento del factor de Crecimiento
de las células nerviosas y que, habiendo desarrollado a lo largo de su vida una
investigación sobre el cerebro altamente especializada, se negó a la
especialización, se negó a que los terrenos de las ciencias y de las
humanidades, donde habitualmente se han alojado las grandes preguntas sobre el
hombre y su destino, estuvieran separados por una barrera infranqueable.

Y es que en
sus reflexiones sobre la naturaleza humana Rita Levi coincide desde los avances
científicos con algunas conclusiones en las que habían estado reflexionando los
filósofos, lo que nos ha permitido mantener al final de la disertación un breve
diálogo entre Rita Levi y María Zambrano.
Uno de los
puntos que nos ha llamado la atención es la constatación de la imperfección de
la naturaleza humana y desde ahí, la búsqueda de los caminos más apropiadas
para afrontarla con éxito. Rita Levi constata dicha imperfección, aparte de en
los datos de su propia experiencia, en el hecho incontrovertible de que si el
cerebro del hombre hubiese estado adaptado al medio, como lo estuvo desde el
principio el de un insecto, no habría sufrido las sucesivas mutaciones que han
dado lugar al crecimiento de su capacidad craneal. Desde la filosofía, Zambrano
constata dicha imperfección en el hecho de que el hombre, un ser para la
muerte, siempre aspira a ser más de lo que es, a alguna forma de inmortalidad o
perfección, aunque nunca la logre, de ahí la existencia de "Paraísos
perdidos", ya sea en el Edén del Antiguo Testamento, ya en la infancia, ya
en la elaboración de utopías.
Otro de los
puntos comunes es el diferente desarrollo que en la cultura occidental han
tenido nuestras capacidades racionales y las emotivas. Rita Levi subraya el
hecho de que la zona izquierda de nuestro cerebro, donde residen las emociones,
se encuentra menos evolucionada que nuestra zona izquierda donde están nuestras
capacidades racionales. Ella entiende esta menor evolución por la pervivencia
en el hombre de los instintos de violencia primitivos, encargados de la defensa
y, por tanto, de la sobrevivencia de la especie. Por ello defiende el desarrollo de la
razón, a través de la educación, para controlar esos instintos agresivos que
conducen al hombre a la guerra y al exterminio. María Zambrano reclama a su vez
un saber sobre el alma, capaz no sólo de desarrollar todas nuestras capacidades
de conocimiento, vía inspiración o intuición, en barbecho después de siglos de racionalismo;
sino de lograr un orden en nuestro interior que impida "que el corazón del
hombre se cierre como una montaña y surja el deseo de matar".
En
cualquier caso, ambas mujeres, desde disciplinas distintas y distantes, abren
un debate que ojalá sea tenido en cuenta.
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Julia Gómez Prieto.
Directora de Comunicación. AMUB
Directora de Comunicación. AMUB
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Se hace camino al andar......y la próxima huella será Marbella.Gracias Ma Luisa.
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