La historia las ha ignorado, pero al cumplirse el centenario de la Gran Guerra, los estudiosos del tema resaltan el gran papel de la mujer durante el conflicto y sus efectos posteriores.
Propaganda del Ejército fomentando la actividad de la mujer en la retaguardia |
Dos
investigadores, Graciela Padilla Castillo, miembro del Instituto de Investigaciones Feministas en la Universidad
Complutense de Madrid y Javier Rodríguez
Torres, de la Universidad de Castilla-La Mancha, son coautores de un
estudio recientemente publicado y que por su interés reproducimos
en nuestro Amuberriak.
Ambos estudiosos han consultado fuentes
especializadas sobre las mujeres en la línea de guerra, en la retaguardia y en
los puestos de trabajo que abandonaron forzosamente los hombres, para ir a
combatir. Este estudio revela una parte silenciada de la Primera Guerra Mundial: el papel de la mujer.
Según el trabajo, publicado en la Revista Historia y Comunicación Social,
el conflicto bélico paralizó algunos adelantos conseguidos hasta entonces,
sobre todo en materia de sufragio universal, pero también desafió el concepto
de feminidad existente.
Los
dos investigadores han indagado en la documentación sobre la historia de las
mujeres en la Primera Gran Guerra. “Las consecuencias sociales y políticas de la
guerra modificaron los estereotipos tradicionales de género y dieron paso a una
nueva mujer moderna, que no se limitaba a vivir en el ámbito privado del hogar.
Pero, cuando se volvieron a rehacer las ciudades, al finalizar el conflicto fue
como si esto nunca hubiera pasado”, explican.
Sufragistas en Nueva York. 1912 |
La contienda paralizó adelantos conseguidos,
sobre todo en materia de sufragio
universal, pero también desafió el concepto de feminidad existente. Según
los investigadores, la mayoría de los tratados obviaron la figura y las tareas
de la mujer durante la Primera Guerra Mundial, que quedó en la retaguardia, “pero ni mucho menos en segundo plano”,
añade.
El paso decisivo para los derechos de las
mujeres no llegaría hasta 1947, cuando la Comisión sobre la Condición Jurídica
y Social de la Mujer de Naciones Unidas, creó un borrador que pretendía ser
instrumento legal para articular los derechos de hombres y mujeres. “Muchas
mujeres quedaron oscurecidas por sus parejas en este período, porque incluso
les tenían que regalar sus obras y sus avances para que los publicaran ellos en
vez de ellas”, apunta Rodríguez.
Enfermeras británicas en el campo de batalla |
"Hasta
el momento de la guerra se había avanzado hacia nuevos derechos la mujer, como
el sufragio universal y la educación. Con la contienda todo se paraliza.
Curiosamente, se rompen las costumbres patriarcales pero, al acabar, lo
primordial fue reconstruir las ciudades, atender a los heridos y a los
mutilados, y esto supuso un freno para muchas cosas, también para la situación
de la mujer", subraya Padilla.
Las
mujeres en las trincheras
Los datos del Instituto Henry Dunant indican
que durante 5.000 años de historia, se han producido más de 14.000 guerras, que
han causado la muerte de 5.000 millones de seres humanos.
“La mujer,
como parte de la población civil y obviada en cualquier toma de decisión,
resulta ser, sobre todo, víctima y, por lo general, son ellas las que
calladamente, en periodos de guerra, han garantizado la supervivencia de su
familia e incluso, de su comunidad”, explican en el estudio.
La Primera Guerra Mundial movilizó a unos 65
millones de soldados entre todos los contendientes, provocó que la retaguardia
quedara huérfana de mano de obra y hubo que recurrir a la mujer para mantener
la producción. Como ejemplo, la
investigación recalca que 430.000 francesas y 800.000 británicas pasaron de ser
amas de casa a obreras asalariadas e incluso, muchas de ellas formaron parte de
la propia guerra.
En Alemania, sin participar directamente
en las unidades de combate, contribuyeron en las actividades de la guerra,
trabajando en las fábricas de armamentos y desarrollando diversas tareas cerca
del frente de batalla: avituallamiento, depósito de municiones, etc. Poco antes
de terminar la guerra, casi 68.000 mujeres reemplazaron a los hombres que
estaban en el frente”, aseguran.
Las mujeres ocuparon los puestos de los hombres ausentes |
Según Padilla, “las mujeres demostraron que podían tener roles totalmente nuevos. Antes
de esta gran guerra se hablaba de que las mujeres no podían desempeñar los mismos trabajos por diferencias físicas y
psicológicas, y eso afortunadamente se rompió”.
En Inglaterra,
las mujeres también participaron en el conflicto bélico como civiles, con o sin
remuneración. De hecho, 80.000 mujeres se enrolaron como auxiliares en las
unidades femeninas de las fuerzas armadas. Otras tantas prestaron servicio como
enfermeras.
En Rusia
se formó la primera unidad de combate exclusivamente femenina, el Batallón de la Muerte de Mujeres, compuesto
por 2.000 voluntarias que fueron entrenadas por Maria Leontievna Bochkareva, más conocida por su apodo de Yashka.
En España
hubo también avances, pero muy alejados de los países de la contienda. “Si quisiéramos compararlo con nuestra guerra
civil –comenta la experta– no existe
prácticamente relación. Se produjeron casos semejantes únicamente en educación,
pero en la I Guerra Mundial estábamos bastante por detrás de otros países.
Tampoco hubo comandos o unidades de soldados mujeres. O, si existieron, no le
han dado visibilidad hasta donde hemos averiguado”.
Los españoles habían perdido ya en este
momento los últimos territorios del Imperio colonial y, por tanto, estaban al
margen de los asuntos continentales que ocupaban las claves diplomáticas de
esta época. “Era una pequeña potencia con
intereses reducidos al norte de África, a la sombra de los intereses coloniales
de las potencias europeas”, exponen.
Cambio
del estereotipo femenino
La Primera Guerra Mundial trajo consigo los
primeros conceptos modernos sobre la mujer y la sociedad: la aparición, por
primera vez en la historia de Europa, de una sociedad mixta.
Las féminas ocuparon los sillones de los
varones y pudieron mantener una vida pública y privada que favoreció su
desarrollo personal y profesional. Asimismo, rompió con las costumbres de la
época, provocó cambios sustanciales en las relaciones familiares y maritales, y
hasta cambios estéticos que siguieron impulsando su emancipación.
"El
mejor ejemplo de este cambio político es Gran Bretaña. Allí, las sufragistas
perdieron, catorce veces, pugnas parlamentarias para conseguir el derecho al
voto. Sin embargo, su empoderamiento como consecuencia de su contribución a la
Gran Guerra fue decisivo para su obtención”, señalan los investigadores. "Lo
consiguieron, finalmente, en 1928".
España seguiría el ejemplo con la
Constitución de 1931, durante la Segunda República. Las mujeres españolas
ejercieron su derecho al voto, por vez primera, en las elecciones de 1933. Esto
también sustenta la idea de que el país no participó en la Gran Guerra
directamente, pero se vio involucrado ideológicamente, con sus consecuencias
negativas y positivas, como en el caso del sufragio femenino. La dictadura de
Franco lo anularía de nuevo hasta 1975.
FUENTES :
Elcorreo.com 4 agosto 2014: Trincheras con nombre de mujer. (
Eduardo Olaverri ) Diariodenavarra.es :
Las trincheras de la Gran Guerra tenían
nombre de mujer. 4 agosto 2014 ( Colpisa Mujer )
Coordinación: Julia Gómez Prieto. AMUB
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