El pasado miércoles nos reunimos en la terraza interior abierta del Hotel Indautxu para comentar la interesantísima novela 24 Horas en la Vida de una Mujer de Stephan Zweig. Fuimos 10 socias presenciales.
La novela fue presentada por nuestra socia Begoña Alonso Bocos , profesora de literatura . Ya no está en activo, pero una vez más se demostró que el saber no se pierde, se incrementa con el tiempo. Y así fue. Una espléndida introducción.
Nos leyó el primer párrafo del libro en el que se nos sitúa en tiempo y lugar. También brevemente la situación política del Imperio que gobernó Francisco José.
Y cual era el ambiente del grupo que está en torno a una mesa y de donde surgen los personajes.
Comentó las corrientes con las que coincidió Zweig. Así :Secesión en Austria, Jugendstil en Alemania, Modernismo en España, Art Nouveau en Bélgica y Francia, Modern Style en países anglosajones y Liberty en Italia. Citó a distintos literatos que influyeron en él. Por ejemplo: María Rilke, Karl Frans, y Georg Trakl.
Zweig se destacó por su cuidada descripción de situaciones límite y el análisis psicológico de los personajes.
La novela gustó mucho.
Ya en tertulia se habló de:
La terapia que supone el contar algo que forma parte de nuestro tormento psicológico durante toda una vida.
Del papel de la mujer redentora que es capaz de grandes sacrificios para conseguir la redención de un personaje.
De como una decisión puede alterar toda una vida.
De las distintas etapas psíquicas de la mujer.
De la gran influencia de la religion en las personas.
De las obsesiones que pueden arruinar una vida.
De la ludopatia.
Fué una buena Tertulia donde mujeres preparadas e inteligentes dieron su opinión. No siempre de acuerdo, pero con un respeto exquisito.
Las que no pudieron asistir mandaron su comentario.
1) La obra es un relato dentro de otro relato ( efecto matrioska), ambos escritos en primera persona por sendos narradores testigo. El narrador testigo es un personaje de la obra que no conoce lo que sienten y piensan los demás personajes; solo habla de lo que percibe a través de sus propios sentidos. Va contando lo que ve, lo que oye, y puede hablar también de lo que él mismo hace, siente, piensa u opina. El relato inicial viene a ser una introducción al segundo, que es la novela propiamente dicha, con su estructura clásica: planteamiento, nudo y desenlace. En mi opinión, esa manera de disponer la obra da pie a que ambos narradores dialoguen entre sí, lo que aporta agilidad a la narración y la hace más amena. Por otro lado, la extraordinaria capacidad de observación de la narradora, que reconoce la personalidad de cada jugador por el movimiento de sus manos, me ha parecido un gran acierto del autor. Esos personajes no necesitan verbalizar cómo se sienten; sus manos hablan por ellos, de modo que los pasajes del casino, aunque apenas tengan diálogos, avanzan a buen ritmo.Me ha gustado mucho el lenguaje: descriptivo, rico en matices, la palabra adecuada en el momento preciso; lenguaje culto, como corresponde a ambos narradores, pero sin caer en palabras rimbombantes, que distraen al lector y hacen que este sienta la vanidosa presencia del autor. Los personajes están muy bien construidos; vibramos y llegamos a empatizar con ellos. En resumen, me parece una gran obra, escrita por un gran maestro. Y la traducción al castellano, impecable.
Es una novela corta pero muy intensa, ya que condensa en un día toda clase de sentimientos , emociones y el drama de una mujer que arrastrará la culpa de sus errores toda su vida.
Comienza de una forma amable poniendo en situación al lector que se sitúa en un balneario a comienzos del siglo XX, para llegar suavemente al climax en el que una señora mayor y respetable cuenta unos acontecimientos sucedidos en su vida muchos años antes y que transcurrieron en solamente un día.
Ese relato me hizo pensar en Unamuno y su “Sentimiento trágico de la Vida” y también en Dostoievsky en El Jugador”.
En el espacio de 24 horas la protagonista pasa del hastío al interés , luego a la compasión, luego a la alegría, al amor, a la decepción, a la cólera y por último, a la culpa.
Todos esos sentimientos están magistralmente descritos por Stefan Zweig y me ha impresionado sobre todo como explica el carácter y las emociones de la gente y especialmente de los jugadores a través de sus manos.
El joven jugador cae en su locura de una forma trágica que acabará arrastrándole a la muerte.
Esta tragedia que puede parecer lejana en el tiempo, la tenemos más recientemente en los adictos a las drogas, los ludópatas y los adictos a las pantallas.
Es increíble como esas adicciones destruyen la voluntad de las personas y sus vidas.
En la novela impresiona la detallada descripción y el fino análisis de los sentimientos de la protagonista, a la que sentimos muy cercana a pesar de la distancia temporal que nos separa de ella y de las convenciones sociales de su época.
Una excelente elección de lectura. Recomiendo también “La piedad peligrosa “ y “Carta de una desconocida” del mismo autor, además de sus estupendas biografías y de “El mundo de ayer” que refleja certeramente una época pasada en Europa.
3.) "Solo la primera palabra es difícil", le dijo Mrs C. "Me absolveré a mí misma contándole a usted 24 horas de mi vida".
Mrs. C., una viuda joven, encuentra el amor y el desamor en 24 horas. Un chico joven, fanático del juego, le engaña miserablemente para conseguir su ayuda. Stefans Zweig consigue, en 24 horas de la vida de Mrs C la máxima tensión, por medio de las manos crispadas de un jugador irredento, nada que ver con las manos de los croupiers que son "máquinas perfectas". No transmiten emociones. Zweig, acaba tensionando también al lector.
Al final, Mrs. C, abatida en el banco, donde le recogió al jugador para ayudarle. ¿Mereció la pena? Seguramente sí porque Mrs. C, cuando ya no espera nada, encuentra el amor que estaba agazapado en una esquina de su vida. Por unos momentos había sido dueña del zapatito de cristal, aunque acabe mal, no como en el cuento.
Stefans Zweig se las apaña para convencer siempre. Es cruel a veces, irónico, juega con nosotros, nos roba nuestra propia sombra para que seamos nosotros quienes le busquemos a ella, cambiando los papeles. Lo dice todo en muy pocas palabras con alma de poeta, sin florituras que a veces no hacen más que estorbar.
Veinticuatro horas en la vida de una mujer' en 1927. Es una de sus grandes obras y quizá una de las mejores novelas cortas que se hayan escrito. Porque esta novela corta, en la que no sobra una coma, trata de la pasión, que puede convertir a una persona que haya vivido toda la vida con intachable templanza y contención en un ser desconocido para sí mismo, en alguien sorprendente. Nos habla también sobre la culpa, tema recurrente de Zweig, y sobre la memoria. Sobre las decisiones que tomamos alguna vez y nos marcan para siempre.
Para mí, el autor, parece que quiere justificar una acción reprobable con otra similar basada en la caridad, ¿ O no? Es decir, a ella le llama la atención el joven ( O se siente atraída).Justifica el acercamiento por el lenguaje de las manos, ella ve el sufrimiento y le quiere ayudar, se siente la heroína que le salva ; creo que no me ha sorprendido el final; en ningún momento pensé que podía terminar de otra manera.El hecho de que quiera contarlo años después demuestra su angustia y remordimiento.En la época que vivió el autor, no sorprende sus depresiones, aquello fue terrible.
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