miércoles, 7 de abril de 2021

Entrevista Blanca Sarasua- nuestra socia y poeta laureada



Preciosa entrevista en el nº 368 de la Revista del ayuntamiento de Bilbao

Enhorabuena Blanca!



 Con estanterías cubiertas de libros y cuadros en las paredes de su marido, el pintor Ignacio Ipiña, que muestran paisajes de Castilla, Navarra, Urdaibai, la Ría de Bilbao... Nos recibe Blanca Sarasua.

“Su ilusión era pintar los fines de semana. Yo le acompañaba y hacía punto. Con el tiempo, mientras él pintaba, yo escribía”. Una docena de libro
componen la obra poética de una autora que publicó su primer poemario en 1984, con 44 años: Cuando las horas son fuego, con portada de  Agustín Ibarrola. “La poesía es otra forma de ver el mundo. Y dicho con palabras de ahora, son textos sin mascarilla: con la poesía siempre se te está viendo, por
mucho que la disfraces”. Escuchaba Sarasua a su madre recitar poemas en casa y se le iba quedando el interés por lo poético. “Me acuerdo de un poema muy machista de Gabriel y Galán: “Deja la charla, Consuelo/, que una moza casadera/ no debe estar en la era/ si no está el Sol en el cielo”. Sarasuase casó y ya con tres hijos decidió estudiar Graduado Social. “Pero no di el paso a trabajar, cosa que siento, pero sí me cambió la mentalidad: ya no era una ama de casa sino que trabajaba en casa. Leía mucho y esto me llevó a escribir”. Aquel primer libro surgió tras su paso por el taller de literatura que el escritor Ramiro Pinilla tenía en Getxo. “Ramiro era una bellísima persona, muy sincero, de carácter fuerte, como otro amigo y poeta a quien recuerdo muchas veces: Pablo González de Langarika. Ramiro lo criticaba todo, pero eso hizo que nosotros aprendiéramos también a criticar. Leíamos lo que escribíamos en casa. Al cuarto año de estar en su taller, me dijo sobre un poema que le llevé: “Este sí”. Fue cuando me decidí a publicar Cuando las horas son fuego. Sentía que al escribir las horas eran diferentes para mí”. En los siguientes cinco años publicó tres poemarios: El cerco de los pájaros
(1986), Ático para dos (1989) y Ballestas contra el miedo (1990), libro con el que obtuvo el Premio Ernestina de Champourcin de la Diputación Foral de Álava. “Incluso tuve la suerte de conocerla, ya muy mayor y bastante sorda. Escribir era y esuna necesidad. Pero no puedo ponerme a escribir; es el poema el que me llega.
Como decía no recuerdo qué escritor, a veces me pongo a escribir y solo cambio una coma. Siempre que estoy leyendo tengo papel y boli a mano; escribir a máquina me parece muy frío. Necesito tachar lo que no me gusta… Cuando creo que el poema está hecho lo llevo al ordenador, aunque eso no significa que esté terminado. Un poema no está acabado nunca, siempre lo cambiarías. Incluso al verlo publicado. No creo que exista un poema o una música perfectas, sino que son una búsqueda constante de la perfección”.
No sabría decir Sarasua si han cambiado los temas de sus versos, pero sí es consciente de que antaño contaba situaciones más cotidianas. “Y sobre todo dejó de obsesionarme la poesía en sí o el intento de crear que estaba muy presente tanto en El cerco de los pájaros como en Ático para dos”. Hay también mucha música en su obra, como en Música de aldaba (2008),poemario con el que obtuvo el XIX Premio Internacional de Poesía San Juan de la Cruz, y que recogía una anécdota sobre cómo surgió la Quinta sinfonía de Beethoven o Adagio para un silencio (2016). “Sabina de la Cruz me dijo hace muchos años que una cosa era escribir poemas que den para un libro y otra formar un libro. Al libro hay que darle una unidad”. Escribir con libertad

Para qué sirve la poesía? Blanca Sarasua no tiene una respuesta aunque cree que “es imprescindible y más ahora que está todo tan materializado. León Felipe tiene un poema cortito que dice que de las estrellas solo vemos su espalda, están marchándose enfadadas porque su luz no es necesaria para las cosas materiales que queremos ver. Es una idea preciosa.
O esa otra de Amado Nervo que dice: ‘Disecarán al último poeta y lo pondrán cual momia en un museo’. Lo que me ha permitido la poesía es escribir con libertad, a veces solapadamente”. En Baciyelmopor ejemplo, un poemario publicado en 2012 con prólogo de José Fernández de la Sota, hizo una relectura de Don Quijote. “Me gusta la filosofía que Cervantes pone en boca de Sancho. Hay una escena en la que discuten entre ellos porque para el Quijote lo que llevaba en la cabeza era un yelmo y, para Sancho, una bacía de barbero. Y cuando al primero acaban dándole una paliza, el segundo le dice: ‘Si no fuera por ese baciyelmo, asaz de pedradas le hubieran caído’. Es una idea genial. Y pensé que nuestra vida es realmente una bacía, pero con momentos de felicidad que son los yelmos”. 
Le encantan escritores como José Ángel Valente o Ángel González. Y disfruta de la ironía del poeta Enrique Badosa.“Soy muy amiga de él, aunque solo hablamos por teléfono. Le conocí gracias a uno de sus poemas, que me emocionaba. Una amiga mía, la poeta Carmen Álvarez, estuvo en una conferencia que Badosa daba en Palencia y le llevó un libro de ella y otro mío. Él le pidió mi número de teléfono y un día, estando yo en casa con unos amigos, me telefoneó. Le dije que esperara unos segundos para leerle aquel poema suyo que me había emocionado. Desde entonces mantenemos una buena amistad”. Considera que la poesía siempre será minoritaria. “Afortunadamente, nunca será un bestseller, pero hay cada vez más jóvenes que se acercan a ella. En su difusión hacen una gran labor los encuentros de ‘Noches poéticas’ o los que organiza Javi Arnáiz, que atraen a gente más joven. Hay un poema de Heberto Padilla que dice: ‘cada vez que entra y sale/ una generación dando portazos/ el viejo poeta se aprieta el cinturón/ y afina el cornetín como un gallito/ no se convencen, dice, de que en poesía/ la juventud sólo se alcanza con los años’. Y es verdad, hay que escribir mucho para tener una obra. En mi último poemario, Stop, publicado en 2019, le digo al tiempo que pare, que aún me queda mucho por hacer”.

Álex Oviedo

1 comentario:

  1. Qué bonito Blanca !
    Se infiere una vida muy intensa e interesante con poco tiempo para banalidades.

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