lunes, 27 de diciembre de 2021

Concierto de Navidad en Abadiño

 Todo un acontecimiento musical. Será el deleite tanto de niños como de adultos.

Nuestra socia Itziar Bizkarralegorra nos hace esta invitación.





Mañana martes 28 de Diciembre a las 19:30 en la Iglesia de San Trokaz en Abadiño tendrá lugar el tradicional Concierto de Navidad con el que ponemos el broche final al festival. En esta ocasión contaremos con el “Cor de Nuit Trío” formado por el organista mundaqués afincado en Alicante Benantzi Bilbao, Javier Artigas (órgano) y José María Berenguer (narrador). Todos ellos interpretarán el cuento musical “Pedro y el lobo” de Serguéi Prokófiev (1891-1953)Originalmente fue escrita para orquesta y narrador, pero en esta ocasión, disfrutaremos de una versión para órgano a 4 manos y 4 pies transcrita por Roberto Antonello. 

 

Os adjunto el enlace con más detalles y todos los CV:    

 

 http://diegoamezua.com/Bizkaia/trio/ 

 

Será obligatorio presentar el Pasaporte Covid con el QR correspondiente y el uso de mascarilla. 

     

    

   

    

www.diegoamezua.com

martes, 21 de diciembre de 2021

Nuestra Tertulia literaria de diciembre

 





Espectacular lectura para terminar el año. A nadie dejó indiferente. Fuimos 10 que seguimos estrictamente el protocolo sanitario del momento.

Hubo profundas reflexiones sobre la religión castrante para las mujeres en la novela. También hubo comparaciones con la Biblia. Para unas favorables y para otras no lo fueron tanto. Se mencionó a las mujeres fuertes de la Biblia. 

Llamó mucho la atención el simbolismo de las cortinas que con dibujos de aves migratorias y agitadas por el viento sugerían la libertad y el emprender el camino hacia lugares más propicios.

También hubo quien comentó que la protagonista se va liberando a lo largo de la obra de todo cuanto la esclaviza . 
Se hizo hincapié en que las dos personas en las que la protagonista halla consuelo son las más denostadas en el orden jerárquico de su sociedad. En la naturaleza humana la grandeza no se mide por el dinero ni por los convencionalismos sociales. Toda una lección.
Otro punto interesante fue el ritmo de la novela. Marcado por las gotas , la respiración , la repetición. Incluso los párrafos se alternan en su longitud para marcar ese ritmo angustioso.

La obra fue presentada por Ma Jesús Arias, socia de AMUB.
Estas fueron sus palabras.


                                                        AUTOR



Atiq Rahimi (Kabul, 1962) cursó estudios secundarios en el Liceo franco-afgano de Kabul, y luego Literatura en la universidad de esa misma ciudad. En 1984, la guerra desatada tras la invasión soviética le obligó a refugiarse en Pakistán, desde donde pidió asilo político en Francia. Allí se doctoró en Comunicación Audiovisual en La Sorbona.

Vive en París, dedicado a la producción cinematográfica y a la escritura.                                                                          


Sus tres primera novelas Tierra y cenizas, Laberinto de sueño y angustia, y El regreso imaginario, están escritas en persa, una de las lenguas habladas en Afganistán. La cuarta, Syngué sabour, Pierre de patience o La piedra de la paciencia está escrita completamente en francés. “Me hacía falta otra lengua además de la mía para hablar de tabús”.  


Atiq Rahimi define así sus creencias religiosas: “Soy budista porque soy consciente de mi debilidad; soy cristiano porque reconozco mi debilidad; soy judío porque me río de mi debilidad; soy musulmán porque condeno mi debilidad, soy ateo si Dios es todopoderoso.”

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                     LA PIEDRA DE LA PACIENCIA (Premio Goncout 2008)


En 2011, Rahimi adaptó esta novela al cine con la ayuda del escritor y realizador Jean-Claude Carrière. En 2012, recibió el premio a la mejor película en el Festival international des jeunes réalisateurs de Saint-Jean-de-Luz. 


Cuenta Rahimi que el germen de la historia de La piedra de la paciencia se sitúa en el año 2005, cuando la poeta afgana Nadia Anjuman, de veinticinco años, es salvajemente asesinada por su esposo. Habiendo sido antes invitado por la poetisa a participar en un Congreso Cultural en Afganistán, Rahimi se entera de lo sucedido y, en su memoria, escribe el relato.


En la mitología persa, sangue sabur, «la piedra de la paciencia», es una piedra mágica a la que uno le cuenta sus desgracias, sus sufrimientos, sus miserias, para confiarle todo lo que no nos atrevemos a revelar a los demás; La piedra escucha, absorbe como una esponja todas las palabras, todos los secretos, hasta que un buen día explota; Y ese día, uno queda liberado. 

La protagonista ha oído hablar de la piedra y toma a su marido como su propia piedra de la paciencia porque necesita desahogarse de todo lo que la atenaza; ¡necesita “la liberación”!

                                            

Ma Jesús nos habló de los distintos tipos de narradores literarios. Esto nos ayudó a entender mejor la novela y nos ha preparado para futuras lectura.


Breve esquema de los tipos de narrador



Narrador omnisciente: Narra en tercera persona. Sabe todo de todos los personajes, lo que piensan, lo que sienten...


Narrador en primera persona: El narrador es un personaje de la obra, generalmente el protagonista, que cuenta la historia desde su punto de vista. Se emplea también en diarios y cartas (género epistolar).


Narrador en segunda persona: Se dirige al lector (a ti o a vosotros). Se emplea en el género epistolar y, hoy en día, en los blogs. Es raro su uso en las obras de ficción; en esos casos, el narrador se dirige directamente al lector tratando de que empatice con él. También se emplea en la prosa poética para dar mayor emoción al texto.


Narrador testigo: Es un narrador en tercera persona, que es personaje, aunque no protagonista, de la historia. Nos cuenta los hechos que presencia, o presenció, ateniéndose a lo que percibe con sus propios sentidos. Puede comunicar hechos de los que tiene conocimiento, aunque los desconozca el protagonista. A veces sugiere algo desde su punto de vista: “Me figuro que...”


Narrador equisciente: Sabe todo de uno de los personajes, generalmente el protagonista, lo que piensa, lo que siente…, como si estuviera dentro de su cabeza y llevara una cámara sobre su hombro; cuenta lo que ve, oye y percibe el personaje. Es decir: es narrador omnisciente solo para ese personaje. Su visión de los demás solo es subjetiva.

Hay una particularidad en este narrador: puede ser equisciente para un personaje, en un momento dado, y serlo para otro personaje en otro momento. Eso suele organizarse por capítulos. Se hace así cuando se quiere ofrecer al lector perspectivas  diferentes sobre un mismo suceso.

A continuación el análisis de la obra.



La piedra de la paciencia 3


El relato está contado por un narrador testigo, que solo cuenta lo que llega a sus oídos y lo que percibe que sucede dentro de la habitación y en las zonas próximas. La mujer no puede ser porque contaría la historia en primera persona, y no con cada frase o párrafo entrecomillado, como es el caso. Aparte de ella, solo el hombre está allí, así que...

De todos modos, se trata de un narrador testigo un tanto atípico, ya que está en coma y no sabemos si tiene afectados algunos de los sentidos; parece que no tiene sensibilidad a la presión ni al calor. En algunas ocasiones parece que no hay tal narrador testigo. Por ejemplo, cuando habla de un resplandor después de una explosión; él no ve el resplandor pero sabe que eso sucede todos los días. Cuando habla del dibujo de la cortina, o de los gestos que hace ella; él conoce la cortina y también los gestos de ella y se los va imaginando. La supone con el vestido de espigas de trigo, que él conoce; ha podido reconocerlo por la textura, aunque también es posible que vaya con otra ropa. Es posible que el autor se haya permitido alguna licencia en detalles que no cambian el relato y, sin embargo, le dan verosimilitud y agilidad. 

Si hubiera sido ella la narradora, se habría tratado de un monólogo continuo, solo interrumpido por las niñas, el mulá, la vecina y los soldado (todos ellos han hecho su papel y cuando avanza el relato ya no están en escena). El enriquecer el relato con detalles de ese estilo, como el color negro del rosario, cuyas cuentas pasa ella con la mano izquierda (seguramente siempre era así), hace que el lector no esté pensando en qué tipo de narrador cuenta la historia, con lo que el autor le mantiene en duda, hasta el final, sobre si el hombre oye, o no. Magníficas la elección del narrador y la del desarrollo de la acción.

Las frases cortas (a veces solo una palabra), dicen mucho en poco espacio, así que la obra resulta breve pero intensa. Comienza de forma lenta y repetitiva, remarcando el ambiente lúgubre y opresivo, y va tomando fuerza a medida que la mujer va cogiendo confianza en sí misma (se va empoderando, decimos hoy). Nadie la interrumpe y puede explayarse… Es su oportunidad y la aprovecha. Ha perdido el corán, el rosario, la pluma… todos los símbolos que la aprisionaban y le recordaban las rígidas normas a cumplir. Y sigue, y sigue… desenfrenada, ¡hasta liberarse!



Las que no pudieron estar presentes también mandaron sus comentarios :


1.) LA PIEDRA de la PACIENCIA  de ATIQ RAHIMI

Se trata de un libro desgarrador, escrito de una forma sobria y descarnada por un hombre que describe lo que le sucede a una mujer en “Afganistan o en cualquier otro lugar”, aunque debe ser un lugar donde impere la ley de los Talibanes y estén en guerra.

No solo describe lo que le pasa a la mujer, sino lo que piensa y lo que dice, saltando desde la óptica de un narrador exterior que describe lo que ve como si lo estuviera filmando, a dar voz a la mujer, en sus frases entrecomilladas.

Es impresionante cómo este escritor describe magistralmente lo que siente esa mujer , como si estuviese a la vez, viéndola desde fuera y dentro de ella.

También es increíble cómo nos hace sentir la guerra a través de su relato. Nos mete dentro de esa habitación donde somos un observador más, cada vez más horrorizado por todo cuanto sucede.

Al principio me recordó, salvando las diferencias temporales y de todo tipo, la obra de Miguel Delibes “5 Horas con Mario”, donde la esposa velando a su marido muerto va recordando su vida en común y desgranando todos sus agravios y frustraciones, pero aquí las condiciones son mucho más crueles, ya que el marido no está muerto sino en coma, y la vida es mucho más difícil.

Me ha parecido una obra de arte, pero me ha dejado conmocionada por la crueldad del relato y por el sorprendente y horrible desenlace. 

Si las obras de arte son la vía para despertar emociones en el lector o espectador, ésta lo ha conseguido al trasladar el sufrimiento de esa mujer de una forma tan viva.

 

2.) Desde el primer momento consigue un clima de angustia para una mujer desesperada, agotada. Su marido en coma. Sólo respira. Y dos niñas en otra habitación que lloran. Y su rosario. Lo preside todo el Corán entre almohadones. Estamos en Afganistán. Cerca un bombazo.


La menstruación es algo impuro. Los pájaros migratorios en la cortina rota tratando de escapar. Si ella pudiera... Nos sumergimos en la cultura musulmana, con el terrorífico tratamiento hacia la mujer. Sin haber consumado su unión, el hombre en la guerra y ella con sus suegros porque es una mujer casada y no puede salir a la calle. Ella sabe muy bien dónde está la piedra de la paciencia, la que le servía de asiento a Adán.

Violar a una puta no es una violación. Hay que violar a una virgen. La mujer esta hecha para el placer del hombre. Se desahoga con su hombre en coma y se masturba tocándole el miembro. El estéril eras tú, le dice, tu madre me llevó a acostarme con otro que tenía los ojos vendados. Al principio no podía, luego lo consiguió. ¿Será el que le visita?

De pronto el hombre le agarra por el cuello, le golpea, ¡resucita!, y le mata a ella. Él ha sido la piedra de la paciencia. "El viento se levanta y hace volar por encima de su cuerpo a los pájaros migratorios".Atiq Rahimi consigue crear un clima de opresión, de gotero, de angustia, por la total sumisión de la mujer que no pasa de ser una cosa para el hombre.

3.)  Historia de una liberación. La mujer le va diciendo a su"Piedra de la Paciencia " todo lo que no se ha atrevido a decir cuando está consciente. Su "piedra"es su marido  inconsciente y moribundo. Primero con reparo, pero cada vez más valiente va desgranando su vida , sus miedos , sus necesidades, su sexualidad insatisfecha . Y fuera los bombardeos , los tiros ,el horror dentro y fuera. Hasta que por fin llega la liberación con la muerte.
Magnificamente escrita. Corta y densa. Una buena lectura.



Magnífica tertulia



Aquí tenéis el testimonio gráfico






La próxima tertulia será el miércoles 26 de enero . Se os mandará más información  en breve.


domingo, 19 de diciembre de 2021

Calendario Mujeres en el Arte

 Este precioso calendario que es una recopilación de 12 mujeres pintoras, es nuestro pequeño homenaje a todas aquellas pintoras que por el mero hecho de ser mujer lo tuvieron tan difícil.

Como comentó Judy Chicago -mujer, pintora y feminista. "Es difícil que una mujer entre en un museo si no está desnuda y en un lienzo."  Y añado.......o haya pagado la entrada.





































Desde aquí damos las gracias a las que hayan hecha esta recopilación tan desinteresadamente







 











































martes, 14 de diciembre de 2021

Nuestra socia de AMUB Blanca Sarasua en Estandarte.com

Blanca Sarasua


ESTANDARTE *

Stop, de Blanca Sarasua

Poemas para la vida en una búsqueda continua y un deseo de compartir.

Stop, tiempo, detente en el semáforo, / olvídame y no avances hacia mí, /qué te importa esperar sin segundero. / Solicito unos años sabáticos, / dinero negro sin identificar, / que aún tengo que atender a unos asuntos. / Y qué le voy a hacer si me atrae el crepúsculo, siempre / con la promesa / de que vuelva la luz. / Solo la presto. / Caso cerrado. / Stop.


Estos versos retratan todo lo que su autora, la poeta Blanca Sarasua (Bilbao, 1939), quiere transmitir en un especial momento de su vida y los elige porque con ellos trata de marcar el ritmo del libro, porque todavía hay mucho por hacer, y lo hace con ese modo de escribir, con ese lenguaje tan personal, tan lleno de contenido, tan hermoso. «Stop –explica por correo electrónico a Estandarte– es una parada al tiempo. Le retengo en el semáforo estropeando el segundero, para que no cruce y me alcance. Que tenga paciencia, aún hay mucho por hacer».


No tira la toalla, sabe que el tiempo no para, pero pide tregua, que pare el reloj. Una ingenuidad, nos dice: «Ahora que soy consciente de que me queda poco, espero vivir mi tiempo con intensidad. [...]Y esa propina de la vida hay que aprovecharla. La última vez que he renovado el DNI no tenía huellas. Así lo explico en un poema, y termino diciendo: “No hay huellas que delaten? / Vía libre”».

Con Stop, editado por Vitruvio y premiado por la Asociación de Editores de Poesía en 2019, su autora pone al descubierto vitalidad, experiencia y amor por la poesía: «Escribir, vivir con las palabras es mi vida. Ojalá alguien las recoja, y si no, me habrán servido a mí. Sólo puedo agradecer a la poesía todo lo que me ha dado».

Con Stop, editado por Vitruvio y premiado por la Asociación de Editores de Poesía en 2019, su autora pone al descubierto vitalidad, experiencia y amor por la poesía: «Escribir, vivir con las palabras es mi vida. Ojalá alguien las recoja, y si no, me habrán servido a mí. Sólo puedo agradecer a la poesía todo lo que me ha dado».


Blanca Sarasua empezó tarde a escribir y llegó a la poesía, ya con cuarenta años, porque tenía mucho que contar y tiempo para pensar. Tiempo que rescataba los fines de semana al tiempo que su marido pintaba. Él se enfrentaba pincel en mano al caballete y ella sentada en una silla leía. Así empezaron sus primeras ideas con un objetivo fundamental: encontrar la palabra justa.

Desde aquel momento su relación con la poesía se ha traducido en una obra extensa entre la que destacamos Cuando las horas son fuego, El cerco de los pájaros, Ático para dos, Ballestas contra el miedo, ¿Quién ha visto un ambleo?, Rótulo para unos pasos, La mirada del maniquí, Coyunda recia o Música de aldaba (basado en los cuatro golpes de aldaba que inspiraron a Beethoven, ya muy sordo, el comienzo de la Quinta Sinfonía) con la que obtuvo el Premio Internacional de Poesía San Juan de la Cruz. También tiene el Ernestina de Champourcín que recibió, muy emocionada, de sus manos cuando esta poeta de la generación del 27 era de edad avanzada.


Pero no son los premios sino la necesidad de compartir la poesía, los sentimientos, la vida con sus altibajos, alegrías y penas lo que impulsa su pluma. Sus libros, explica, son una búsqueda continua, «¿de qué? No lo sé. Esa búsqueda, por agarrarme a algo, la materializo en la poesía, que nunca llega a mí. La comparo en uno de mis libros con un maniquí, con sus ojos pintados al vacío. Así me mira la poesía. Es decir, nunca puedo escribir lo que quisiera, no me deja acercarme a ella. El poema perfecto no existe, siempre es mejorable. Por eso digo siempre que somos aspirantes a poeta, no es un título universitario». Es un aprender continuo, que camina al paso de un proceso de evolución que va espigando lo accesorio con la intención de decir más con menos palabras, llegar al concepto sin demasiados adornos.

En esa búsqueda de perfección han influido poetas, todos muy distintos entre sí, como Federico García LorcaAntonio Machado, Ángel González, José Ángel Valente, León Felipe…. Y novelistas que van desde Gabriel García Márquez hasta Miguel Delibes, sin olvidar, por supuesto, a Miguel de Cervantes. De su admiración por Cervantes nace su poemario Baciyelmo (ed. Biblioteca Nueva, 2013), que debe su título a esa sonora palabra inventada por Sancho Panza. «Un fruto tardío –comenta– por leer el Quijote de verdad. Desde su prólogo –genial, ¡qué miedo tenía de que no gustara su libro!– hasta Vale, su última palabra».


También la música (al fin y al cabo, poesía es ritmo, cadencias, movimiento) acompaña sus versos, modela sus recuerdos. Para ella es el arte más completo, poesía al cubo. Y música es lo que señala el paso, el camino del duelo, la salvación en su maravilloso Adagio para un silencio (Ediciones Vitrubio, 2017), un poemario escrito a lo largo de varios años de dolor, dividido en tres tempos, que se mueven al compás de distintos conciertos y compositores: a Adagio le acompaña el segundo movimiento del concierto número dos para piano y orquesta de Rachmaninov; Andante camina con Mahler y su Sinfonía Titan; y para los versos de Allegro eligió el segundo movimientos de la Sinfonía Patética de Tchaikowsky. Y es al hablar de Adagio para un silencio cuando recuerda que al terminar cada poema ponía la fecha y que, tiempo después, al hacer la recopilación para sacarlos a la luz vio la evolución de sus sentimientos desde el dolor intenso por la muerte, hasta la aceptación que trasluce el poema que cierra el libro, fácil de enlazar con ese canto a la vida que es Stop.

De acuerdo, vida, acepto el trampantojo.
Queda tu brasa como un chal que me acoge
aún sin evaluar.
Estaba en tu oquedad, qué paradoja.
Dejaste tu arbotante sujetando mis horas
y encontré mi equilibrio,
se llama como yo y no lo sabía.
Es solo que no quedan caminos de regreso
y opongo resistencia a tus galeras.
Falta una explicación sobre el caleidoscopio
que ocultan tus argayos.
No discutamos, vida,
no te entiendo y ya está.
Acepto lo que sea,
estoy de acuerdo.


En estos momentos Blanca Sarasua tiene en camino otro libro de poesía y uno de cuentos, porque sabe que hay una historia en cada esquina y la vida se encarga de mostrarlas.


       *FUENTE:

Este artículo ha sido escrito por la bilbaina Maisa Astigarraga en  la prestigiosa revista literaria on line ESTANDARTE.COM