lunes, 23 de noviembre de 2015

Teresa de Jesús y el don de ser Mujer y Apóstol - III parte

Tercera parte de la Conferencia  "Teresa de Jesús y  el don de ser Mujer y Apóstol".

Por Sor Estibaliz Reino Prada. O.C.D.

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Teresa de Jesús encuentra y sigue su vocación

Teresa de Jesús. Óleo de Peter Paul Rubens. 1615


3.- Teresa, monja en la Encarnación

Teresa huye de la casa para entrar en la Encarnación. Por decisión propia y sin el permiso paterno. Elige la Encarnación porque allí tiene una amiga. Y, ya nos lo ha dicho ella, le anima más un temor servil que el amor. Esta es la calidad de su empuje vocacional. La valoración que hace de la vida religiosa es equiparable a vivir un purgatorio. 


3.1.- 20 años peleando con una sombra de muerte  

Tras un primer momento de alegría, de recuperar una vena de oración verdadera que ya hizo su aparición cuando niña, Teresa se desmorona otra vez. Ahora bien, algo ha cambiado: su vocación religiosa se ha afianzado en su interior y esto ya no volverá atrás. 

“En tomando el hábito, luego me dio el Señor a entender cómo favorece a los que se hacen fuerza para servirle, la cual nadie no entendía de mí, sino grandísima voluntad. A la hora me dio un gran contento de tener aquel estado, que nunca jamás me faltó hasta hoy; y mudó Dios la sequedad que tenía mi alma en grandísima ternura”.[ Vida 4,2] 


No dura mucho la alegría. A pesar de ese afianzamiento vocacional, Teresa volverá a entrar en crisis. Esta vez más honda y más larga. Será la crisis definitiva. En ella se lo juega todo. Será una crisis física que le obligará a salir del convento, una crisis espiritual que no consigue concertar su afectividad y concentrar el amor en quien desde lo más interior le reclama, una crisis moral porque, pese a entender cuál es el camino que debe emprender, no tiene fuerzas para quitar las ocasiones, dirá ella. 

Teresa en la Encarnación encontró una réplica de la sociedad, donde se valoran los linajes, títulos y noblezas. Allí Teresa vuelve a caer en una vida acomodada, de monja de clase alta. Es Doña Teresa, con celda espaciosa, libertades y pasatiempos.  

Por su simpatía, su gracia y su capacidad de complacer, la solicitan en el locutorio muchas veces y allí, en conversaciones, muy a menudo banales, pasa su tiempo y engorda su ego. Vuelve a aparecer el enfriamiento afectivo con Dios.     

Teresa vive dividida: ha recibido mercedes, ha comprendido que Dios le regala y la solicita y no es capaz de mantenerse en la entrega. En la soledad, las buenas lecturas y sus ratos de oración ha conectado con su interior, con lo mejor de sí misma y con quien habita en ella. Pero la solicitud de las cosas mundanas da al traste con sus mejores deseos. Vive una vida mediocre. Mientras el ambiente la ensalza, su interior se derrumba.  

 Así nos lo cuenta ella:  

 “Suplicaba al Señor me ayudase; mas debía faltar a lo que ahora me parece de no poner en todo la confianza en Su Majestad y perderla de todo punto de mí. Buscaba remedio; hacía diligencias; mas no debía entender que todo aprovecha poco si, quitada de todo punto la confianza de nosotros, no la ponemos en Dios."

"Deseaba vivir (que bien entendía que no vivía, sino que peleaba con una sombra de muerte) y no había quien me diese vida, y no la podía yo tomar, y quien me la podía dar tenía razón de no socorrerme, pues tantas veces me había tornado a Sí y yo dejádole". [ V 8,12]

A tal punto llega que decide abandonar la oración. Se autoengaña y, como no ve compatible la vida que lleva con la oración y tampoco encuentra fuerzas para encauzar la vida, abandona la oración. Dios se valdrá de la muerte de D. Alonso para volver a entablar el trato de amistad con Teresa. El año 1543, el encuentro con su padre moribundo y tan avanzado en el camino de la oración, marcan un cambio de rumbo. Todavía muy tenue, pero que va a ser el inicio de una recuperación sin marcha atrás: la vuelta a la oración. Tiene Teresa 28 años. Y Dios irá tomando terreno en la vida de Teresa, aunque tendrá que seguir compartiéndola con el mundo. 


 3.2 Teresa es liberada por amor 

Teresa de Jesús. Oleo de José de Ribera. 1645

El año clave será 1554, año de su definitiva conversión: ante una imagen de Cristo muy llagado comprende que ella no está respondiendo con el mismo amor que se le entrega Cristo. Se ha mantenido fiel al trato de amistad, pero todavía queda camino. 

La gracia de 1554 hace de Teresa una mujer nueva, una cristiana en el más puro sentido de la palabra: una mujer que ya no es suya porque se ha dado a Cristo. De aquí en adelante, Teresa, de forma progresiva, ya sin quiebra, vivirá una comunión con Cristo cada vez mayor y una liberación de todas sus ataduras, sus miedos, sus condicionamientos culturales, sociales, familiares, personales, etc.

 “Parece que quería concertar estos dos contrarios, tan enemigos uno de otro, como es vida espiritual y contentos y gustos y pasatiempos sensuales. En la oración pasaba gran trabajo, porque no andaba el espíritu señor, sino esclavo; y así no me podía encerrar dentro de mí (que era todo el modo de proceder que llevaba en la oración) sin encerrar conmigo mil vanidades. Pasé así muchos años, que ahora me espanto qué sujeto bastó a sufrir que no dejase lo uno o lo otro. Bien sé que dejar la oración no era ya en mi mano, porque me tenía con las suyas el que me quería para hacerme mayores mercedes.”[V 7,17]

 Pues ya andaba mi alma cansada y, aunque quería, no la dejaban descansar las ruines costumbres que tenía. Acaecióme que, entrando un día en el oratorio, vi una imagen que habían traído allá a guardar, que se había buscado para cierta fiesta que se hacía en casa. Era de Cristo muy llagado y tan devota que, en mirándola, toda me turbó de verle tal, porque representaba bien lo que pasó por nosotros. Fue tanto lo que sentí de lo mal que había agradecido aquellas llagas, que el corazón me parece se me partía, y arrojéme cabe El con grandísimo derramamiento de lágrimas, suplicándole me fortaleciese ya de una vez para no ofenderle.[V 9,1]

 “Sea Dios bendito por siempre, que en un punto me dio la libertad que yo, con todas cuantas diligencias había hecho muchos años había, no pude alcanzar conmigo, haciendo hartas veces tan gran fuerza, que me costaba harto de mi salud. Como fue hecho de quien es poderoso y Señor verdadero de todo, ninguna pena me dio.”[V 24,8] 


Firma autógrafa de Teresa  


A partir de ahora es Dios quien toma la vida de Teresa y la va haciendo cristiana, al modo de Cristo. Hoy preferimos Jesús. Jesús es el Cristo al que se refiere Teresa, porque es el Dios hecho hombre, el que anduvo en la tierra. Mirándolo a Él, Teresa va convirtiéndose en discípula, en apóstol. 

Esta etapa le enfrentará a Teresa con otro de los condicionamientos de su tiempo. No bastaba la discriminación social de la mujer, ni la mirada adversa hacia los espirituales. Teresa reúne las dos condiciones y esto la hará caer en la sospecha de los teólogos y en el miedo a los procesos de la Inquisición. 

Ella, que por naturaleza y por formación, ya es miedosa, tendrá que hacer frente a sus miedos, a los de sus confesores y a los del ambiente que le rodea. Yo era temerosa en extremo, como he dicho[V 25,14] Mucho me quitaban la libertad del espíritu estos temores, que después vine yo a entender no era buena humildad, pues tanto inquietaba [V 31,14] 


Busca el contraste de los letrados, para que le aseguren que su oración es verdadera, pero no encuentra quién rompa una lanza por ella. Es mujer y decir que su oración mística es verdadera es peligroso, así que todos intentan disuadirle de que es un engaño del demonio. De sus confidentes y confesores nos deja estos retratos: 

“Y díjome mi confesor que todos se determinaban en que era demonio, que no comulgase tan a menudo y que procurase distraerme de suerte que no tuviese soledad.”[V 25,14]

Incluso cuando Baltasar Álvarez se inclina a aprobar el espíritu de Teresa, encuentra presión: 

 “Mi confesor, como digo, que era un padre bien santo de la Compañía de Jesús…supe que le decían que se guardase de mí, no le engañase el demonio con creerme algo de lo que le decía; traíanle ejemplos de otras personas. Todo esto me fatigaba a mí. Temía que no había de haber con quién me confesar, sino que todos habían de huir de mí. No hacía sino llorar.”[V 28,14]

 Así concluye: “Bastantes cosas había para quitarme el juicio, y algunas veces me veía en términos que no sabía qué hacer sino alzar los ojos al Señor; porque contradicción de buenos a una mujercilla ruin y flaca como yo y temerosa, no parece nada así dicho, y con haber yo pasado en la vida grandísimos trabajos, es este de los mayores.[V 28,18] 



3.3 Este amor da un señorío

Manuscrito del Libro de la Vida.1565

La liberación de Teresa la va a obrar Jesús y su Evangelio. Mirándolo a Él podrá levantarse sobre los juicios de los hombres. Teresa ha encontrado una vena de oración en la contemplación de los pasajes evangélicos y el Evangelio se irá abriendo camino en su interior y ensanchando las fronteras a las que los hombres quieren reducir a Dios. 

Unida a este Amigo verdadero ya no habrá más miedos: 

Hasta ahora parecíame había menester a otros y tenía más confianza en ayudas del mundo; ahora entiendo claro ser todos unos palillos de romero seco y que asiéndose a ellos no hay seguridad, que en habiendo algún peso de contradicciones o murmuraciones se quiebran. Y así tengo experiencia que el verdadero remedio para no caer es asirnos a la cruz y confiar en el que en ella se puso. Hállole amigo verdadero y hállome con esto con un señorío que me parece podría resistir a todo el mundo que fuese contra mí, con no me faltar Dios.”[Relaciones 3,1]

No entiendo estos miedos: "¡demonio! ¡demonio!", adonde podemos decir: "¡Dios ¡Dios!", y hacerle temblar. Sí, que ya sabemos que no se puede menear si el Señor no lo permite. ¿Qué es esto? Es que tengo ya más miedo a los que tan grande le tienen al demonio que a él mismo; porque él no me puede hacer nada, y estotros, en especial si son confesores, inquietan mucho, y he pasado algunos años de tan gran trabajo, que ahora me espanto cómo lo he podido sufrir. ¡Bendito sea el Señor que tan de veras me ha ayudado!..[V 25,22]

Teresa al acercarse a Jesús comprende el valor de la mujer; y que el hacerla de menos no es de Dios, sino de los jueces del mundo, que siempre ha habido mujeres valientes a las que el Señor ha confiado su Iglesia. 

"No es aceptador de personas; a todos ama; no tiene nadie excusa por ruin que sea, pues así lo hace conmigo trayéndome a tal estado[V 27,12]

Jesús no aborreció a las mujeres. Entonces y ahora encontró en ellas mejor respuesta que en los hombres: hay muchas más que hombres a quien el Señor hace estas mercedes, y esto oí al santo fray Pedro de Alcántara (y también lo he visto yo), que decía aprovechaban mucho más en este camino que hombres, y daba de ello excelentes razones, que no hay para qué las decir aquí, todas en favor de las mujeres.”[V 40,8] 


En el Camino de Perfección, códice de El Escorial, capítulo 4,1 Este texto, todo un manifiesto a favor de las mujeres, que el censor tachó hasta no poderse leer, quiso Dios que con el tiempo saliera a la luz  

“Parece atrevimiento pensar yo he de ser alguna parte para alcanzar esto. Confío yo, Señor mío, en estas siervas vuestras que aquí están, que veo y sé no quieren otra cosa ni la pretenden, sino contentaros. Por Vos han dejado lo poco que tenían, y quisieran tener más para serviros con ello. Pues no sois Vos, Criador mío, desagradecido para que piense yo daréis menos de lo que os suplican, sino mucho más; ni aborrecisteis, Señor de mi alma, cuando andabais por el mundo, las mujeres, antes las favorecisteis siempre con mucha piedad y hallasteis en ellas tanto amor…(siguen 20 líneas borradas, censuradas, que decían):… hallasteis en ellas tanto amor y más fe que en los hombres, pues estaba vuestra sacratísima Madre, en cuyos méritos merecemos, y por tener su hábito, lo que desmerecimos por nuestras culpas. No basta, Señor, que nos tiene el mundo acorraladas, que no hagamos cosa que valga nada por Vos en público, ni osemos hablar algunas verdades que lloramos en secreto, sino que no nos habíais de oír petición tan justa. No lo creo yo, Señor, de vuestra bondad y justicia, que sois justo juez y no como los jueces del mundo, que, como son hijos de Adán y, en fin, todos varones, no hay virtud de mujer que no tengan por sospechosa". 

Sí, que algún día ha de haber, Rey mío, que se conozcan todos. No hablo por mí, que ya tiene conocido el mundo mi ruindad y yo holgado que sea pública; sino porque veo los tiempos de manera que no es razón desechar ánimos virtuosos y fuertes, aunque sean de mujeres”. 

Jesús ha salido al paso de Teresa y la ha fortalecido. Ha prometido estar con ella y defenderla. Cuando el índice de libros del inquisidor que de alguna manera, redundaba en perjuicio de las mujeres, por prohibir los libros en romance, es Jesús el que le asegura que en Él tendrá libro Vivo, que no tema.

 Su Majestad ha sido el libro verdadero adonde he visto las verdades ¡Bendito sea tal libro, que deja imprimido lo que se ha de leer y hacer, de manera que no se puede olvidar!”.[V 25,6]

Ver  primera parte de esta conferencia aquí  
Ver segunda parte de esta conferencia aquí

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Continuará... IV y última parte 

Coordinación: Julia Gómez Prieto. AMUB






domingo, 22 de noviembre de 2015

Lolo Rico y La Mirada no Inventada



Se presentó en Bilbao un interesante documental sobre la vida y la obra de esta escritora y directora de programas de TV    





El pasado día 28 de Octubre a las 17:00 horas, en el Salón de Actos del Archivo Foral de Bilbao, numerosas mujeres, pertenecientes a diferentes Asociaciones de Mujeres de Vizcaya, entre las que se encontraba AMUB, asistimos a la proyección de un documental y posterior coloquio de gran interés para las asistentes. 

El Documental trataba sobre la vida de Lolo Rico, escritora, creadora y directora del programa de TV, La Bola de Cristal. 

Estuvieron presentes los autores del documenta, Julio Suarez y Marcos Caurel, así como la propia Lolo. Contaron cómo el rodaje había durado 2 años y se terminó en Junio de este mismo año 2015, con la contribución de 440 personas que con su apoyo económico, hicieron posible la realización del documental.

En él se descubre a Lolo Rico como una mujer cuya vida es de gran esfuerzo y dedicación a sus ideas. La libertad ha sido siempre lo más importante para ella y su trayectoria ha sido muy dura como mujer, y como escritora y directora.

Maria Dolores Rico Oliver, conocida profesionalmente como Lolo, es una periodista y cineasta española de amplio bagaje intelectual. Comenzó su carrera escribiendo cuentos infantiles y trabajando en Radio Nacional de España y en TVE. Para Radio Nacional dirigió y escribió el programa infantil Dola, Dola, Tiralabola.  


Fue en la televisión pública donde se convirtió en guionista de espacios infantiles como La casa del reloj o Un globo, dos globos, tres globos en la década de los 1970. 

Como creadora y directora se inició en 1981, con el espacio La cometa blanca, en la que se emitían sketches, animación propia y actuaciones en directo. Ya en 1984, para la mañana de los sábados, crea el famoso programa La bola de cristal, presentado por Alaska. Se trataba de un programa de marcado estilo innovador que recogió parte de las modas e ideas de la movida madrileña de entonces. 

A lo largo de su vida ha recibido numerosos Premios. Entre ellos 
  • Accésit al Premio Nacional de Literatura Juvenil con la obra “Ramón Ge Te”, 1983
  • Premio Ondas por el programa de televisión “La Bola de Cristal”, 1986  
  • Premio TP a “La Bola de Cristal”, 1986 
  • Premio Talento de la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión, 2001 
  • Premio Honorífico del Festival de Cine para la Infancia y la Juventud, 2009
  • Premio “Tu est la tele”, Festival Europeo de Cine para Televisión “Zoom”, 2010 
  • Directora de “La Cometa Blanca” (programa infantil), TVE, 1981-1983 
  • Directora de “La Bola de Cristal” (programa juvenil) TVE, 1984-1988  
  • Directora del área de programas infantiles y juveniles de TVE, 1991-1992 

Ha formado parte del Jurado del Premio Ondas, 1991; del Jurado del premio Niké de la Comunidad Europea, 1991; y del Jurado del Premio Nacional de Televisión del Ministerio de Cultura 2010-2011 

Es  miembro de la Academias de las Ciencias y las Artes de Televisión en España y en Estados Unidos. Y de la  Academia de las Ciencias y las Artes de la Televisión 2012   

Pero escuchemos sus palabras directamente de su Blog Lolorico.com:  “ Lo más importante que he aprendido en mi vida ha sido a leer. Los libros me apasionan. A lo largo de mi vida me han dado serenidad, deseos de saber y de conocer el mundo. 

Quise pintar y lo intenté, pero lo dejé convencida de que nunca lo haría bien. Me sirvió, no obstante, para entender la imagen que, más tarde, me llevó a hacer  televisión, donde fui la primera mujer que dirigió un programa. En realidad, fueron varios, pero destacó La Bola de Cristal. Antes estudié Periodismo. He colaborado en numerosos periódicos y revistas. También me casé y he tenido siete hijos que me han dado trece nietos.   

No me he presentado a ningún premio, pero me han concedido varios. He dado muchas conferencias en distintos lugares de España y en alguna ciudad europea y hablando con la gente lo paso bien. En definitiva, he hecho muchas cosas y siempre me he divertido mucho haciéndolas. También ha habido muchas personas que me han enseñado lo que sé: compañeros y amigos. Creo en la amistad más que en el amor. No me he aburrido jamás. Además de leer me gusta el cine. También me encanta guisar. Y sobre todo me apasiona vivir. ¡Ah! Políticamente soy de izquierdas. 

En la actualidad hay un grupo de teatro que va a intentar poner en escena un musical político que escribí hace algún tiempo y que se llama Todos dijeron: ¡Está desnudo! También acabo de empezar una novela, la primera que no será ni infantil ni juvenil. Si la acabo se titulará Conjeturas. También estoy preparando algún cuento que compartiré en esta página con quien lo quiera leer.  

Para más información acceder al Blog de Lolo aquí

jueves, 19 de noviembre de 2015

Judy Chicago en el AzkunaZentroa de Bilbao

La muestra, abierta hasta el próximo 10 de Enero, recorre los más de 50 años de producción de esta pintora, escultora, educadora y escritora feminista.   



La muestra más completa realizada en Europa sobre la estadounidense Judy Chicago, una de las pioneras del arte feminista, se puede visitar hasta el próximo 10 de enero en Azkuna Zentroa de Bilbao. 

La exposición, que lleva por título "¿Por qué no Judy Chicago?", ha sido presentada recientemente  con la presencia de la propia artista y del comisario de la muestra, Xabier Arakistain. 

La muestra ofrece  un relato visual a través de la selección de obras y documentos que recorren sus más de 50 años de producción, según han informado fuentes de la organización. 

Judy Chicago (20 de julio de 1939, Chicago) forma parte de la primera generación de mujeres que se incorporaron a la práctica y a la teoría del arte, junto a lo que en EE.UU. se denomina "segunda ola del feminismo".  

Judy Chicago es una pintora, escultora, educadora, escritora y pionera del arte feminista estadounidense que fue reconocida por la crítica en la década de los años 1970 .    

La obra de esta artista gira en torno a una iconografía femenina y feminista, y en torno a la búsqueda de referentes femeninos en la historia del pensamiento feminista. 

Foto blog.destinia.com


Su obra más conocida es la titulada "The dinner Party", desarrollada entre 1974 y 1979, y centrada en el tema de la historia de las mujeres. Se trata de un proyecto "monumental" multimedia, en el que participaron 400 voluntarios y que muestra una historia simbólica de las mujeres en la civilización occidental. 

Las mismas fuentes han indicado que con el título de la exposición, "¿Por qué no Judy Chicago?", se pretende abordar la cuestión "del no reconocimiento de las artistas mujeres y, en concreto, el de las artistas feministas"

La exposición va acompañada de la IV edición del curso "Perspectivas feministas en las producciones artísticas y las teorías del arte", dedicado en esta ocasión a Judy Chicago, quien participará en el seminario. 

Conferencia sobre Judy Chicago



El pasado 22 de Octubre, el Departamento de Igualdad, de la Diputación Foral de Bizkaia, ofreció  a las Asociaciones de Mujeres, una charla sobre Judy Chicago, a la que asistieron  como es habitual, varias asociadas de AMUB. 

La charla corrió a cargo de Begoña Bretos, Licenciada en Bellas Artes y profesora de pintura de la Asociación de Mujeres Aletu, para introducirnos en la vida de Judy Chicago, previa a la visita a su exposición en la Alhóndiga. 

Begoña nos acercó a Judy , la primera mujer que empieza a elaborar un arte feminista. Estudia en la Universidad de UCLA y de sus vivencias hace arte. Educadora y escritora, utiliza su arte para educar a las mujeres y luchar contra la desigualdad. Ocupa una casa abandonada y con 21 alumnas presentan “performances” ellas se sienten fuera del sistema del arte y eso las hace ser innovadoras,  tratan de cambiar la representación del arte con bordados, imaginería vaginal, utilizan el cuerpo de la mujer como lo sienten ellas, no como lo ven los hombres, críticas que ponen en valor la condición de la mujer en el arte y fuera de él. Reivindican la maternidad, a la madre, recuperan la sexualidad. 

Azkuna Zentroa. Foto flickr.com

Más tarde, en la visita a la exposición, pudimos ver muestras de su pintura, porcelanas, litografías y bordados, así como un video que muestra su obra más importante: “The Dinner Party”, una gran mesa en forma triangular que asemeja una vulva con 39 platos y 999 nombres de mujeres bordados, que van desde famosas reinas de la antigüedad hasta Virginia Woolf o Emily Dickinson, la “primera cena” en la que la mujer no es presentada como “cocinera”. 

Una magnífica exposición que se hizo más comprensible y atrayente, debido a la charla introductoria de Begoña Bretos que nos acerco a la artista y la mujer.


Para más información ver Judy Chicago - Azkuna Zentroa

Fuente  Agencia EFE   

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Teresa de Jesús y el don de ser Mujer y Apóstol - II parte

Segunda parte de la Conferencia  "Teresa de Jesús y  el don de ser Mujer y Apóstol".

Por Sor Estibaliz Reino Prada. O.C.D.

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Teresa de Jesús. Oleo de Francois Gerard. 1827


El Siglo XVI español. Un Siglo de Oro

Teresa nace el 28 de marzo de 1515 y muere el jueves 4 de octubre de 1582. Ese día justo era el último del calendario juliano y le sucedía el viernes 15 de octubre del calendario gregoriano. Sus 67 años de existencia transcurren, por tanto, en pleno S XVI. 

1.-  El entramado social. 

 El hispanista Bartolomé Bennassar en su libro “La España del Siglo de Oro” nos pinta la sociedad española de este siglo, llamado de oro, como la sociedad de las desigualdades. Según Bennassar: “En la historia del mundo pocas sociedades han acumulado tantas desigualdades en unos espacios tan restringidos como la España del Siglo de Oro. Su paisaje social presenta una diversidad prodigiosa. A decir verdad, la desigualdad está en todas las partes.[1]           

 Algunas de estas desigualdades son:
  • Desigualdad en las fortunas: mientras algunos pocos grandes de España disfrutan de grandes fortunas, un trabajador manual apenas alcanza para comer diariamente. 
  • La desigualdad de los status, la de la condición social. No solo referida a la organización estamental, sino más bien a la brutal diferencia dentro de los estamentos, especialmente el de la nobleza. 
  • La de los conversos o la diferencia que proviene de la limpieza de sangre, de una historia familiar limpia de sangre judía o mora. En el siglo XVI crece la exigencia de este requisito para la integración o exclusión social.
  •  La desigualdad de las sociedades de las Españas periféricas y la de las mesetas castellanas centrales. 
Siglo de desigualdades. "Niños comiendo uvas y melon". Murillo 1650

2.-  El papel de la Iglesia. 

 La Iglesia hay que considerarla como un poder social importante: asociada a la nobleza, propietaria de una gran parte del suelo, destinataria de recaudaciones (rentas, diezmos). Pero tampoco se escapa de grandes desigualdades en su seno: desde el alto clero adinerado y poderoso al bajo clero empobrecido y cada día más numeroso. Esto, en cuanto al clero secular, en cuanto al regular las cosas corren parejas: hay monasterios que acumulan rentas y riquezas y otros pasan gran necesidad. Es habitual que los segundones de una nobleza que va descapitalizándose acabe, sin más vocación que la de remediarse, en los conventos acomodados. Es también el caso de las doncellas que no pueden aspirar a un buen casamiento, por falta de dote o de linaje.  

2.1 La Inquisición 

 La Inquisición o Santo Oficio había sido creado para luchar contra la herejía de los judaizantes, también de los descendientes de los moros, aunque en menor medida. Poco a poco y en su celo por la pureza de la fe había ido ensanchando su sombra contra luteranos, erasmistas, iluminados y cualquier otra doctrina o práctica que pudiera ser susceptible de considerarse contraria o peligrosa para la fe católica. 

La Inquisición es no solo un órgano de intolerancia y represión sino lo que hoy podríamos llamar una institución terrorista y, no tanto por la crueldad de sus métodos de castigo sino por su desarrollo burocrático, policial y judicial; porque con su metodología de la sospecha, sus procesos ocultos, la indefensión de los acusados y el edicto que obligaba a todo el mundo a denunciar los delitos contra la fe de los que se tuviera conocimiento, inoculaba el terror a ser denunciado, por causas ajenas a la fe, tales como las enemistades y hacía a todos vivir en la inseguridad y sospecha con sus vecinos

2.2 Una Iglesia en búsqueda. Una Iglesia de santos 

Como contrapunto a esta Iglesia tan oscura, aliada al poder económico y social, corrompida, y represora ideológica desde la Inquisición, anda el Espíritu despertando al conocimiento de Dios y al seguimiento evangélico. Se produce un cambio de orientación en la enseñanza de la teología en las universidades y la aparición de figuras señeras que acabaremos viendo convertidos en santos, aunque en vida les costará estar, como sospechosos de desviación doctrinal, en el ojo de mira del Santo Oficio. 

Bajo el impulso del cardenal Cisneros y el ejemplo de Alcalá de Henares, floreció por España una siembra de facultades de Teología. Y ésta experimentó un auténtico renacimiento: de un estéril discurso retórico en el que había caído, a una búsqueda de conocimiento de Dios desde nuevos planteamientos antropológicos y epistemológicos. Contarán además con instrumentos tan valiosos como la Biblia políglota (hebreo, griego y latín). La teología española acabará exportando a toda Europa la teología positiva, cuyo padre fue Melchor Cano.[2] 

 Juan de la Cruz. Coetáneo y amigo de Teresa. Dibujo anónimo siglo XVI

Paralelo a esta búsqueda científica o teológica, encontramos un número nada despreciable de figuras que se lanzan al conocimiento de Dios, por el encuentro apasionado con Él en la oración mental o afectiva, en la entrega a los hermanos más desfavorecidos, en la penitencia y el despojo. Algunos de estos son tan conocidos y queridos para nosotros como: Ignacio de Loyola, Francisco Javier, Francisco de Borja, Pedro de Alcántara, Juan de la Cruz, Juan de Dios, Tomás de Villanueva, Juan de Ribera, Juan de Ávila, Toribio de Mogrovejo, Entre los cuales, algunos ocuparon sedes episcopales y destacaron como pastores insignes. Se une a este grupo de santos, Teresa de Jesús.  

La situación de la mujer  

Entre los muchos desdichados del Siglo de Oro, sin duda hay que contar a las mujeres, por el mero hecho de serlo. Las mujeres son seres sin entidad propia: sin acceso a la cultura, sin derecho a decidir sobre su propia vida. 

Las mujeres solo pueden aspirar a dos salidas dignas en la vida: el matrimonio o el convento. La soltería no se contempla, porque es mal vista.

 Hubo algunas mujeres independientes y poderosas, pero eran una excepción. A algunas de ellas las vemos creando beaterios, auténticas sociedades femeninas y defensoras de la mujer que trasgredían el orden establecido. Fueron por ello víctimas de la vigilancia inquisitorial. La mujer tenía que estar sometida, o a la regla del monasterio o a la vigilancia y tutela del marido. 

Ya el mero hecho de nacer mujer era la mayoría de las veces un disgusto para la familia. Una hija suponía tener que proveerla de una buena dote. Sin dote quedaba condenada a no casarse. Entonces la salida era ingresar en un convento para lo cual se necesitaba una dote menor. Por ello en los conventos encontramos junto a mujeres con verdadera vocación, doncellas, niñas, viudas encerradas por remediarse, incluso casadas en ausencia de los maridos. 

Los matrimonios los concertaban las familias, a veces desde la infancia. No se pedía mucho más que un sentimiento de aceptación y voluntad de convivir. El amarse no era ni la causa ni el fin. El fin del matrimonio era la descendencia.

La mujer, según la ideología religiosa y social, prácticamente identificadas, tiene que quedar, por decencia, relegada al mundo privado, a sus labores domésticas (la crianza de los hijos y complacer al esposo). Las virtudes que deben adornarla son: la pureza, el recato, la honestidad, la discreción, humildad y obediencia. Una mujer culta, con criterio propio no es un ideal, sino un peligro.

Felipe II. Retrato de Antonio Moro. 1560. Museo BB.AA. Bilbao

 La única formación, por tanto, que recibe la mujer es la necesaria para ser una mujer decente y defender con su vida la honra y honor de la familia. Es por ello que en una sociedad mayoritariamente analfabeta (se calcula un 80% de analfabetismo), el colectivo femenino podía superar el 90%. Cifra que se vería superada si contamos las que no sabían escribir, o no podían hacerlo más allá de la firma. 

Cabe destacar que frente a esta cota de analfabetismo, hubo grupos privilegiados de mujeres que desde el reinado de Isabel la Católica, y el movimiento cisneriano destacaron por su cultura. Son las humanistas, cercanas a la corte, que han tenido de manera excepcional acceso al latín, lengua de muchos de los libros del momento. Algunas de ellas escribieron y llegaron a alcanzar gran prestigio, incluso a sentar cátedra en Alcalá o Salamanca. Destacan: Beatriz Galindo, Juana de Contreras, Francisca de Nebrija, Luisa de Medrano, Luisa Sigea, Cristobalina Fernández de Alarcón... y así podríamos encontrar hasta una treintena a las que Quevedo denominó despectivamente “hembrilatinas”

Monumento en Madrid a Beatriz Galindo " La Latina", extraordinaria humanista en el siglo de Teresa

Pero, salvando estas excepciones, incluso en las clases más favorecidas, las mujeres eran un grupo indefenso, a merced del capricho y humor de los varones que podían ejercer sobre ellas fácilmente el dominio y el abuso. ¡Cuánto más en los grupos más desfavorecidos! (servicio, campesinas, artesanas…) 

La discriminación de la mujer era no solo estructural sino, lo que resulta más grotesco hoy para nuestra sensibilidad, sostenido ideológicamente, incluso por algunos grandes pensadores que defendían que las mujeres eran mentalmente discapacitadas, por tanto, no servían para la instrucción intelectual. Y, por no quedar ahí, eran además moralmente perversas. Veamos algunas de las frases que nos ha dejado la literatura de aquel tiempo:

 «Puesto que la mujer es un ser débil, con un juicio inseguro y proclive a ser engañada (algo que puso de manifiesto Eva, madre de los hombres, a la que embaucó el diablo con un argumento frívolo), no conviene que ella enseñe, no sea que, después de aceptar una falsa opinión sobre un tema, la transmita a los oyentes con la autoridad propia del docente y arrastre también a los demás fácilmente a su propio error, porque los discípulos los aceptan de buen grado las enseñanzas del maestro»  (Vives, La formación de la mujer cristiana, libro primero, cap. IV ).

«Pero en una mujer nadie busca ni la elocuencia, ni el ingenio, ni la prudencia, ni las artes de la vida, ni saber administrar el Estado, ni la justicia, ni la benignidad; nadie, a la postre, busca otra cosa que no sea la virginidad» (Vives, La formación de la mujer cristiana, libro primero, cap. VI). 

   «No es adecuado que una mujer esté al frente de una escuela, ni que trabaje entre hombres o hable con ellos, ni que vaya debilitando en público su modestia y su pudor […], pero si se encuentra en alguna reunión, con los ojos bajos guardará recatadamente silencio, de manera que la vean algunos pero sin que nadie la oiga»  (Vives, La formación de la mujer cristiana, libro primero, cap. IV).

 «Es justo que se precien de callar todas, así aquellas a quien les conviene encubrir su poco saber, como aquellas que pueden sin vergüenza descubrir lo que saben; porque en todas es, no solo condición agradable, sino virtud debida el silencio y el hablar poco. […]. Porque, así como la naturaleza, como dijimos y diremos, hizo a las mujeres, para que, encerradas guardasen la casa, así las obligó a que cerrasen la boca. […] Porque el hablar nace del entender, y las palabras no son sino como imágenes o señales de lo que el ánimo concibe en sí mismo» (Fray Luis de León, La perfecta casada, capítulo XVI).

“Desque vieres a tu mujer andar muchas estaciones y darse a devoterías y que presume de santa, ciérrale la puerta; y si esto no bastare, quiébrale la pierna si es moza, que coja podrá ir al paraíso desde su casa sin andar buscando santidades sospechosas. Bástele a la mujer oír un sermón y hacer si más quiere, que le lean un libro mientras hila, y asentarse so la mano de su marido”. Fco. de Osuna.


Notas 

[1] BENNASSAR, Bartolomé, “La España del Siglo de Oro”, Editorial CRÍTICA, Barcelona 1983 

[2]La teología positiva se presenta perfectamente realizada en el De locis theologicis  (1562) de Melchor Cano. Los lugares teológicos o fuentes de la teología se sitúan, no en las cuestiones temáticas (Trinidad, Encarnación, Gracia), como en la teología medieval sino en Sagrada Escritura, la Tradición Apostólica, la autoridad de la Iglesia Católica, la autoridad de los Concilios Ecuménicos, la autoridad del Sumo Pontífice, la doctrina de los Padres de la Iglesia, la doctrina de los doctores escolásticos y canonistas, la verdad racional humana, la doctrina de los filósofos y la historia.




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  ( continuará )

 Coordinación: Julia Gómez Prieto. AMUB