Durante tres meses, la exposición que el pintor Antonio López ha presentado en el Museo de Bellas Artes, ha llenado Bilbao de amantes del arte, dispuestos a hacer largas colas para poder disfrutar de esta magnífica y única exhibición del artista manchego.
Un total de 210.000 personas han pasado por el museo bilbaíno, en cuyo vestíbulo, una monumental cabeza de niña recibía al recién llegado en nombre de su abuelo. Era, ni más ni menos, que la nieta del pintor, “Carmen dormida”, así bautizada puesto que tiene sus ojos cerrados. Es una enorme escultura en bronce oscuro cuyo peso roza la tonelada y que, aún así, inspira una gran ternura.
Muchísimas más personas, bilbaínos y visitantes, han disfrutado con la vista de la misma niña, esta vez con los ojos bien abiertos- “Carmen despierta” – en plena Gran Vía de Bilbao. Justo en la acera de confluencia con la calle Diputación, esta hermosa niña de ojos inmensos, miraba atónita al paseante y a cuantos se fotografiaban con ella. Tres meses ha estado la monumental escultura, expuesta al aire libre y ha salido indemne del trance, lo cual dice mucho del civismo de los bilbaínos y los visitantes.
Ambas esculturas son como el día y la noche – despierta y dormida – y son réplicas casi idénticas de dos obras encargadas en el año 2002, por el Ministerio de Fomento para el vestíbulo de llegadas de la estación de Atocha en Madrid. Otras dos cabezas – casi similares - lucen en el exterior del Museo de Bellas Artes de Boston, el segundo más grande de los Estados Unidos, después del Metropolitan de Nueva York. Sendas esculturas adornan y guardan al tiempo, la fachada posterior del museo bostoniano.
Texto y fotografía J.G.P. AMUB
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