Hace pocos meses tuve ocasión de realizar una interesante escapada al Valle del Pas en Cantabria. Es un rincón ameno y bucólico que vive todavía lejos del bullicio y estrés de las ciudades. Al margen de todo lo visto y disfrutado, me vienen a la mente tres mujeres, que me impactaron tanto por sus conocimientos y atenciones cuanto por su valía y sencillez. Veamos
A.- Está cayendo la tarde cuando Casimira se dispone a cerrar el portón de entrada de una ermita convertida en museo etnográfico. Allí desarrolla cada día la gratificante labor de contar la vida, obra y milagros de las gentes del lugar.
Estamos en el pueblo de Vega de Pas y se trata del Museo de las Villas Pasiegas :
B.- Hacia esa misma hora, Valvanuz ya ha cerrado la Casa de la Beata. En este lugar ella da vida, cada día, a las aventuras de unas pasiegas dedicadas a un oficio único y especial: ser Ama de Cría.
Estamos en Selaya, en el Museo de las Amas de Cría Pasiegas, único en el mundo.
C.- Casi al mismo tiempo Teresa, clausura el portón de acceso a una joya románica donde, cada día, acerca el arte de la Colegiata de Santa Cruz de Castañeda a los curiosos y visitantes del lugar.
Las 3 son mujeres con entusiasmo, preparación y encanto. Las 3 mujeres trabajan para mostrar los valores de su tierra cántabra. Sirva para ellas, este mínimo homenaje.
J.G.P. de AMUB
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